LA RESONANCIA Y EL
RINOCERONTE MEDIEVAL
Una de las analogías más conocidas es la propuesta por Roberts (citada en Morrison, R.T.
y Boyd, R.N. (1976), Química Orgánica, Ed.
Fondo Educativo Interamericano, México, p. 217), para explicar el concepto
(difícil para muchos alumnos) de resonancia. Para ilustrar esta analogía, se
puede mostrar a los alumnos el grabado realizado por Alberto Durero en 1515 (Figura 1). Aquel año, un rinoceronte
(animal real pero desconocido en Europa), ofrecido al rey Manuel I de Portugal
por un príncipe de la India, iba a ser transportado de Lisboa al zoo del Papa en Roma, como obsequio. El animal se ahogó en
el mar durante una maniobra de descarga y ni el Papa ni Durero
pudieron ver tan increíble pieza. Sin embargo, un portugués hizo un dibujo del
animal y, a partir de él, Durero realizó su famoso
grabado. En este contexto, se puede indicar a los alumnos lo que señala la
analogía de Roberts: en esa época, el animal real (pero incomprensible para los ciudadanos
europeos) se podría describir como un híbrido de dragón y de unicornio (seres imaginarios pero bien asimilados por
esos ciudadanos). Esta situación se ilustra en la Figura 2.
Figura 1. Grabado de un
rinoceronte realizado por Alberto Durero en 1515. Se
emplea en el texto como analogía para la distribución de electrones, real pero
difícil de representar, de ciertas moléculas e iones poliatómicos,
y que se explica por resonancia.
Figura 2.
Representación de la analogía indicada en el texto para la resonancia. Para
explicar la estructura real (rinoceronte) de la Figura 1, se la supone como un
híbrido de resonancia de dos formas canónicas, imaginarias pero bien asimiladas
(fáciles de representar), que son el dragón y el unicornio.