Es esencial, cuando un material va a usarse en un medio determinado,
evitar que el material se deteriore en ese medio. Esto no se tuvo en cuenta en el
bote sifónico de la fotografía, que provocó una buena
gotera. Por un ahorro económico en la pieza, se colocó un bote sifónico de policloruro de vinilo
(típico de cocinas) en un laboratorio de Química. A pesar de que se intentaron
evitar vertidos indeseables a través de la pila, siguiendo las buenas
prácticas de laboratorio, pequeñas cantidades de disolventes orgánicos
dejaron en ese estado el bote sifónico, siendo por
tanto necesario sus sustitución. El resultado fue que lo que al principio se
planteaba como más económico, resultó más caro, por no hacer caso a lo que
enseña la Química.